lunes, 27 de junio de 2011

Decepción

Anda que no he sido pesada todo el puñetero otoño, el invierno y la primavera con la cantinela: "Estoy deseando que llegue el verano para bajarme la morfina"

Que me cansaba hasta a mí de oírme.  

Y ha llegado el verano. Y bajé la morfina. De 12 mg. bajé a 8 mg. Y me sentí bien. Y me regocijé. Y me fui al gimnasio. Y, a parte de stretching, hice mantenimiento y algo de máquinas. Y seguí con 8 mg. Y aguanté. Y tuvimos visita en casa. Y aguanté. Un poquito. Luego ya, pues no pude aguantar, y tuve que tomarme 10 mg. de rescate. Y me sentí fatal, física y moralmente. Y, aunque no soy muy buena en matemáticas, me di cuenta de que, si me bajo 4 pero tengo que tomar 10, pues salgo perdiendo. Y he tenido que volver a los 12 mg. Y llevo desde entonces con mucho dolor en el hombro, que unos dicen que es tendinitis y otros que tenía el hombro fuera de sitio (hoy me lo han recolocado, el jueves la segunda parte de la peli). Y todo esto es desesperante. Porque lo que me da ánimos para seguir, el clavito al que estoy agarrada todo el puto invierno (y no puto por insultar, sino por describir) es el de "cuando haga buen tiempo". Y si resulta que llega el buen tiempo y andamos con éstas, pues apaga y vámonos, porque yo ya no sé a dónde agarrarme después de esto. No quiero tirar la toalla: la semana que viene haré otro intento de rebaja a 8, cuando acabe con lo del hombro. Y espero que de resultado. Y que pueda combinarlo con ejercicio físico y mantenerlo hasta el verano que viene, en que pueda bajar a 4.

A parte de toda esta batalla, tengo la batalla paralela añadida, por si me aburría: hacer ver a médicos y personas de mi entorno que yo soy la principal interesada en reducir la ingesta de morfina. Que no la tomo por gusto, ni por vicio. 
Y a veces siento que estoy en una conversación de besugos: 
- Hola, doctor, vengo a su consulta porque quiero que me trate de mi enfermedad y así poder dejar de tomar morfina.
- Vale, cuando dejes la morfina hablamos.

o...
- Estoy harta de tomar morfina, a ver si damos con un buen médico y un tratamiento adecuado pronto.
- Tú lo que tienes que hacer es dejar de tomar morfina.

¿Soy la única que no le ve el sentido?

Además, en situaciones como ésta, el apoyo externo a veces se hace imprescindible. No quiero quitarme responsabilidad, porque es cosa mía, pero siempre tener una mano amiga cerca que te empuje (hacia delante, no hacia abajo) cuando te cansas, ayuda... Y yo estoy muy cansada...

Estoy poniendo todo de mi parte, no doy para más. Quizá no sea suficiente, pero es que hasta aquí llego. Y me decepciono. Y por lo que veo, decepciono también a los demás. Pero espero recuperar ánimos pronto para seguir con mi empeño.


...Y algún día, cuando pase todo esto (que espero que pase), recordaré a algunas personas que, curiosamente, también ellas me decepcionaron a mí.

4 comentarios:

  1. Corro el riesgo de meterme donde no me llaman...pero bueno, me voy a arriesgar y confío en que me permitas la intromisión. Hay una persona muy cercana a mí que tiene una enfermedad muy jodida desde hace muchos años. Una de esas que es rara, que duele mucho y que le amarga el día y las noches. Y tiene que tomar morfina y se pone malo y se enfada conmigo, con él y con el mundo entero. Y yo siempre le digo lo mismo (y te lo digo por si te vale): lo importante es que no te duela, aunque te tengas que comer a morfina a puñados. Lo importante es que no te duela. Y si a los demás no les gusta o les parece incómodo verte con el puto palito de la morfina ¿sabes que te digo?: que les den mucho por el c**** a todos.

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  2. Bueno, a ver. Para cuando te sientas más mejor y quieras probar de nuevo, en vez de bajar cuatro de golpe baja dos, de 12 a 10, no a 8. Y no te vayas en seguida corriendo a hacer halterofilia, que eres una exagerada, una ansiosa y una no sé cuántas cosas más (todas las que se te ocurran en esa línea).

    Cuando lleves un tiempecito con 10 y veas que vas tirando, entonces intenta bajar a 8. Poco a poco se va lejos. Así que ánimo, pero tómalo con calma.

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  3. Jooo... como no se que decirte te mando un beso gordo y te doy muchos ánimos... y bueno ... lo que te indican lo veo bien... por un lado que lo importante es que no te duela (cito a Eva) y por otro que lo mismo lo suyo es bajar de menos en menos y una vez bajes... aunque es normal que quieras ir al gym y todo pero... que veas a ver que tal vas... que acostumbres tu cuerpo y bueno bajar más de poco en poco... (cito a Laura)

    Pero no se... como ves te repito lo que ellas te aconsejan...

    Es complicado

    Pero tu eres una persona fuerte tenaz persistente y yo diría que hasta cabezota y todo lo que te propones lo consigues así que seca esas lágrimas... arriba el ánimo... y a pillar el toro por los cuernos... estoy segura que si tú lo que quieres es quitar o bajar la dosis... en buen medida... lo vas a conseguir... pero... todas las guerras son largas y costosas... a la primera de cambio sería demasiado facil ¿no? ¡cuantos soldados mueren!!! ¿o no te hubieras extrañado si te la quitas y te quedas como si nada??? ¿¿¿verdad???

    Así que puede que hayas perdido una batalla pero no la guerra

    Coje tu armadura... y adelante... que puedes!

    Además imagino que lleva su proceso y tu cuerpo se va a enfadar y te la va a pedir... pero seguro que podrás tu más que él...

    Y no decepcionas a nadie, cariño, lo que tu pasas día a día y lo que haces por estar siempre mejor y lo bien que lo llevas, es de admirar... de verdad te lo digo... ¡eres la mejor!

    Un beso fuerte

    Lourdes

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  4. Muchas gracias por vuestras respuestas, pero sobre todo por vuestro apoyo. Que me he emocionado y todo, leche.
    Eva, tienes razón: debería pensar así, aunque a la primera que no le gusta tomar morfina es a mí... pero claro, cuando hay un dolor semejante, hasta ladrillo picado toma una si eso alivia... Tiene suerte esa persona de tenerte cerca ;)
    Laura: ya te dije, hablaré con el médico, pero de momento sólo tengo dosis de 4 y 8, así que esa es la bajada mínima... pero preguntaré por si hay más opciones. Y tienes razón: tengo que medir mis esfuerzos cuando estoy bien. Es que no aprendo.
    Y Lourdes: ¡Muacka! :D Poco más puedo decir ;)

    A parte de todo eso, respecto a lo que piensen los demás, pues bueno: es duro que te miren como a una yonki en lugar de como a una persona con un problema de salud. Que lo haga el vecino del 4º me la trae al pairo. Pero que hasta mis propios médicos y muchas personas de mi entorno estén con la cantinela... no sé, o no me han escuchado, o no me han entendido, o les apetece criticarme, y han cogido ese motivo. Pero es duro.

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